"Cuando la Justicia se pone al servicio del poder político prostituye su misión como órgano de equilibrio de la estructura democrática.
"Constato con pavor que en la Argentina está ocurriendo precisamente eso. Destacados representantes de las antiguas bandas terroristas que en la década del 70 intentaron aniquilar las instituciones democráticas y el Estado de Derecho con la ayuda de la Unión Soviética y de Cuba, mimetizados hoy como defensores de los derechos humanos, han sido incorporados al gobierno del país y, en su calidad de tal, ejercen la infamante tarea de verdugos de los que los vencieron en la guerra sucia que ellos provocaron.
Entiéndase bien: no se trata de justificar las acciones criminales de ninguna persona, sino de exigir por igual la condena de todos los culpables, independientemente del bando en que hayan militado. "Está claro que los promotores de la violencia y los asesinos de antaño carecen de toda autoridad moral para juzgar imparcialmente y que quienes permiten esto se hacen cómplices de sus fechorías."
José Leopoldo Decamilli Presidente de la Comunidad de Trabajo Internacional "Libertad y Democracia" (Berlín) Löhleinstr. 47, 14195 Berlín (Alemania)
Publicada en La Nación el 24/02/2008
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