martes, 23 de septiembre de 2008

General Bendini Vs Soldado Hermindo Luna

¡Con vos no es la cosa, negro, rendite!... tronó la voz montonera en la apacible tarde formoseña del 5 de octubre del año 1975. ¿Qué equivocados que estaban? Porque al frente estaba el soldadito Hermindo Luna, que venciendo al miedo contestó con aquella célebre frase: Acá no se rinde nadie, mier..., y cayó en combate defendiendo su cuartel, su ejército, su patria... Tenía un año de servicio en la milicia, pero había captado el concepto del honor militar. Los “montos” no tocarían a sus camaradas, al menos mientras él estuviera vivo.

La actitud del Soldado Luna contrasta con la de otros personajes del presente. Cuando los mismos montoneros, esta vez desarmados, le pidieron al renunciante general Bendini que entregara la verdadera historia, la memoria de los muertos y a los camaradas que habían combatido al terrorismo, el general olvidó la frase del soldado formoseño... y prefirió la prudencia del político. El resultado está a la vista, Luna pasó a la historia como un héroe, Bendini seguramente será recordado por un banquito.

Y aprendamos la lección. Las conductas o actitudes plausibles de ser consideradas traiciones, siempre generan desprecio... de los propios y de los ajenos.

Atte: Lic Pedro Rafael Mercado
DNI: 18.046.597
Carta envida a distintos medios y todavía no publicada.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Década del 70 -

Carta de Lectores publicada por Diario La Nación el día 02/09/08

Todavía no agotados los márgenes de la historia de la década del 70, plagada de actos violentos y de ignorancia del arrepentimiento, nadie puede arrogarse el monopolio de la verdad. En ese sentido, he leído y escuchado a Arturo Larrabure, cuyo padre murió a manos del ERP, que objetó con justicia la evocación de los asesinos en un parque público. Ello me alentó a recordar un hecho que me tocó vivir en esa década.

A mediados de 1971, ese grupo ilegal colocó en el motor de mi automóvil una bomba que debía detonar al encenderlo. El hecho fortuito de que el portero observó «algo raro que colgaba» bastó para alertar a la policía. Llegaron expertos que la desarmaron, previo corte del tránsito de las avenidas Callao y Alvear. A ellos les debo la vida.

Mi falta fue trabajar en el radicalismo acompañando a mis dos grandes maestros y amigos: Ricardo Balbín y Juan Carlos Pugliese, quienes obraban un papel histórico superior: la unidad nacional, más allá de las discrepancias."

Marcos M. de Estrada
Ex concejal de Rojas
Ex delegado de Línea Nac. UCR
Av. del Libertador 2602, Capital