El 4 de este mes, un grupo de personas autoconvocadas plasmaron en el suelo de Plaza de Mayo el logo representativo de las víctimas del terrorismo. Lo que no es de conocimiento público es que, al día siguiente, un grupo de Madres de Plaza de Mayo procedieron a borrar el trabajo gráfico, volcando sobre éste un balde de pintura roja.
Tengo apenas 19 años y no viví la conflictiva década del 70; sin embargo, estoy seguro de que todas las víctimas deberían recordarse y homenajearse por igual, quitando las anteojeras ideológicas que yacen por tiempo indefinido en nuestros maestros de derechos humanos.
La autoritaria actitud de las Madres deja al desnudo el odio inherente a su fundación, y revela una vez más su incondicional apoyo al terrorismo. Se acerca una fecha donde el debate estará a la orden del día, y creo pertinente destacar (sobre todo a la juventud) que existen otras víctimas que poco a poco comienzan a gritar más fuerte, a pesar del ruido ensordecedor de quienes con intolerancia autoritaria quieren ocultarlas.
Agustín Laje Arrigoni DNI 34.188.025
(Carta publicada en Diario La Nación el día 21 de marzo de 2008)
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